Capítulo 3 – Publicación 6
¿Qué logramos
con ser prácticos en la vida?
No ser
menospreciado
El
valorarnos moral y espiritualmente nos hace ser especiales y es por eso que ese
valor no puede ser menospreciado, se dice que: «Nadie es mejor que usted y usted
no es mejor que nadie» -Ley fundamental de la moralidad- existen muchos
principios que fácilmente podrían ser vulnerables, pero realmente, ¿Quiénes suelen
vulnerarlo?, pues muchas veces nosotros mismos lo hacemos, en las cosas simples
nos volvemos muy superiores y creemos que solo nosotros somos mejores que los
demás, «El menospreciar nos desprecia», nos aleja de la realidad, el
menospreciar nos desvía del camino a ser prácticos, iremos por el camino del
egocentrismo, circunstancias que nos llevan a ver espejismos, la soberbia, una actitud
compulsiva de autoridad (sin ser autorizado) tiene por desfogue sentirse un ser
superior cuando la realidad es que su ignorancia o falta de seguridad sobre
pesa en su razón.
No
se olvide de todo lo que vamos aprendiendo en el camino, de lo cuán difícil nos
resultó llegar hasta donde estamos, recuerde que otros también recorrerán el
mismo sendero, así que no deje obstáculos, más bien deje en el camino señales, pero
lo más importante, no deje que su ego lo disfrace, el llegar a una instancia superior
(cargos superiores) solo otorga una
autoridad de mando, más no de maltrato y abuso.
Durante
un buen tiempo trabaje en una empresa y conocí a muchos compañeros y amigos de
diferentes áreas y la mayoría coincidían que sus jefes no mantenían una
relación armoniosa, el solo hecho de ser jefes buscaban proteger sus puestos,
el jefe que yo tenía por ejemplo comenzó a experimentar un cambio de actitud,
veía en nosotros a un rebaño de puras ovejas al que podía trasquilar,
amedrentar y acorralar, usaba palabras ofensivas y de todo calibre, es más,
tenía la suficiente capacidad de menospreciar a los demás de cualquier
jerarquía, comprendí que para llegar a ser como es el, es porque protegía sus
intereses y que solo así no tendría competencia alguna.
Después
de muchos años me retire de la empresa sin saber hasta el momento si todavía mantenía aquella actitud, puesto que
después de aprender mucho sobre la valoración de la persona, sobre ético y
moral, pero al enterarme que se mantenía en el cargo era únicamente por las
cifras y los buenos resultados obtenidos, siendo «Eficaz», pero como persona
dejaba mucho que desear.
Pero
este sentimiento laboral, con el tiempo me dio otra perspectiva, tuve la
oportunidad de estar en el zapato del Jefe,
asumí un cargo Gerencial, y cuando uno recorre el camino de la
experiencia, sabe que un jefe no debe ser autoritario sino más bien
comunicativo, se nos dice que la forma de mantener un buen clima laboral es
saber comunicar y escuchar a su grupo de trabajo, no cabe duda, las personas nos
sentimos a gusto cuando nuestro jefe es buena onda, socializa, apoya, pero que
sucede cuando el grupo de trabajo es mal intencionado, hablan a espalda de
quien le da la confianza, pues el ser “Menospreciado”, no solamente proviene de
los grupos directivos hacia los empleados sino también de los empleados a sus
propios jefes.
Las
organizaciones tienen una tarea muy difícil en estos tiempos, para tener un
alto grado de satisfacción entre sus colaboradores, es porque la sociedad va
cambiando en forma constante, y los cambios suelen ser mayormente de desprecio
o de racismo y conforme vayan siendo menospreciados en los colegios, en las
universidades, etc. Por ende también será en los centros laborales.
A
menudo no escuchan o leen estas preguntas, ¿en qué colegio estudio usted?, ¿tiene
usted una maestría o doctorado?, ¡De preferencia que hayan estudiado en universidades
prestigiosa!, sutilmente están eligiendo a personas por su nivel educativo, mas
no por su nivel intelectual. Debido a ello el progreso sigue estancado.
«El que odia o desprecia a la sangre extraña no es aún un
individuo, sino una especie de protoplasma humano».
Friedrich Nietzsche. (Filósofo)
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