miércoles, 4 de septiembre de 2019

UN CUENTO PARA EL AMOR


La historia olvido de aquel verdadero amor que vivía en el interior del hombre, Dios le dio vida a un varón y lo puso en el paraíso terrenal, pero olvido que divagaba un gran amor dentro de su divina creación, ni siquiera el hombre pudo darse cuenta de aquello, dentro de él habitaba un amor puro y verdadero, capaz de unir sentimientos tan escondidos para que nadie pudiera interferir entre ellos, tan dulce que en cada gota de amor, el viajero recorría cada conducto del sentimiento profundo, si alguien preguntara quienes son estos personajes tan locos de amor y que por mera casualidad emulados por un Romeo y una Julieta, quizás podría decirse que también el final de la historia termina en una tragedia por el desengaño y el desconsuelo, llegando a sepáralos.

Dios creo en su infinita misericordia al Hombre,  le dio un “Corazón” para amar y sosegarse en la alegría y en el dolor que lo llene de emociones y sentimientos. A su vez también le entrego aquello que pudiera darle miles de pensamientos, recuerdos e inteligencia, lo puso en lo mas alto de su ser, llamándole una “Mente prodigiosa”, pero como nada es preparado por el destino, ni siquiera el Divino puede intervenir en las decisiones del amor; La mente conoció al corazón y ambos en un contacto tan sublime se enamoraron, mientras que el hombre vivía sin compañía en el paraíso, sin entender cual era su destino o el rumbo de su existencia. Podía el hombre sentirse tan desdichado al encontrarse solo, y sin saberlo, fue sintiendo por dentro que algo pasaba, sintiéndose tan extraño que conoció por primera vez a la soledad.

La mente y el corazón eran muy felices, solo hasta donde pudo durar ese gran amor, ni las promesas que se juraron pudieron evitar que se rompieran aquella felicidad. Las promesas fueron olvidadas y no por el sigiloso desengaño, sino porque nadie puede detener el incesante caminar de los sentimientos, la inmensa libertad de amar y de querer, de entregar y recibir, de ser correspondido y corresponder. La mente tuvo que olvidar al corazón por una simple razón, el hombre encontró la forma de olvidar a la soledad y Dios fue justo con él entregándole en compañía a una mujer.

Entonces fue que el corazón del hombre cambio su mirada hacia un sentimiento y un pensamiento distinto, y sin querer el divino intervino en el sentimiento del corazón, pero advirtió la tristeza de la mente sintiéndola aturdida, fue tan leve y sutil a esta sensación de vacío que nadie pudo advertirlo, pensando quizás que era un efecto de atracción entre el hombre y la mujer. Pero advertido de este efecto, Dios decidió que la mente solo pudiera vivir como un vigilante cauto y celoso de quien pudiera herir la estabilidad de las emociones sinceras del corazón. “Quien advierte a la conciencia pues vuelca todo sentido y razón a una expresión verdadera”. El sentimiento es un don que solo vive en aquellos que pueden entregar su alma por el verdadero amor, sin importar lo solitario que puedan estar, con tal de que reine la felicidad.

La mente sólo recordó aquella frase que nombro alguna vez el corazón, “Que siempre estaría a su lado para vivir eternamente”, como un presagio se cumplió en cuerpo y alma pero no para sentirse amado. Entonces la palabra y la frase cambio, por que la mente reconoció que no podía demostrarle más amor al corazón, ya que era imposible. Y la mente se juro a si misma que su verdadero amor sería proteger al corazón de cualquier motivo al que pudiera ser dañada, y el divino asentó en aquel error para otorgarle ese poder a la mente de decidir en el momento justo, cuando intervenir. Y por curiosidad del destino la mente se convirtió en el protector del corazón.  

La mente se aparto por un tiempo, escogió su lugar y su soledad para desaparecer muy sigilosamente, sin tener que dejar de observar, y a su vez,  sin que nadie pueda advertir de su presencia, se volvió un personaje olvidado y con mucha razón. Ya nada para él era superficial, ya no podía seguir demostrando ese amor, se volvió frío y calculador, fue mucho más reflexivo en sus decisiones. Mientras la madurez de la mente sea profunda, el criterio será más certero.

El corazón del hombre comenzó a vivir una fantasía nueva, se enamoro y vivió sintiendo un amor profundo hacia otra persona, hacia otro corazón; Brillaba en su cuerpo con tanta pasión, brotaba tanta dulzura que sus sentidos estaban conjugados para amar y sentir, dándole una felicidad exquisita al corazón. Nada hacia recordar al corazón que alguna vez la mente le enseño lo que es el amor. Ya nada era igual, ya nada se parecía a lo que alguna vez fue, ya el camino abrió otra brecha, solo quedaba apreciar la felicidad del corazón, que amaba con intensidad a un nuevo amor. Muchas veces el tiempo se encarga de construir una hermosa vida, fortalecer ese designio del amor, dándole un verdadero sentido a creer que solo existe una maravillosa relación hacia un sentimiento de pareja.

El romance y la unión solo permitían jurarse amor eterno. Envueltos en la fantasía de una llama abrazante, nada hacia presagiar que la mente pudiera intervenir, pero el vigilante nunca decide abrirse campo y olvidar a un amor que aun vive dentro de él. Y por que olvidarla, si para la mente el recuerdo de un amor verdadero vive oculto en el silencio eterno, por siempre y para siempre.

Cuando el amor llega, nos hace olvidar parte de lo real, vivimos en un mundo distinto, y así sentía el corazón, vivía embriagado de tanto amor, de abrazar a su felicidad, de colmarlo de besos intensos, pero, quien pude determinar que cuando uno ama, puede ser igualmente correspondido, quien en realidad pude ser lo suficientemente sincero para amar y ser amado, cuantas veces hemos tenido la oportunidad de amar y querer a alguien y al final morir en la decepción. Cuantos creemos que al fin hemos encontrado a nuestro verdadero amor, cuando en realidad lo verdadero y lo sincero no viene solo de un solo lado, porque el amor no es solo entregar un beso, si no compartir una vida, entre risas y llantos, entre penas y alegrías, entre dudas y afirmaciones, pero lo más sincero en una relación es un compromiso “Real”, aquel que solo se firma con el verdadero sentimiento escrito en un papel, en donde ambos puedan repasarlo en el día a día, como una oración a nuestra fe a lo que amamos.

Como una suave brisa de verano el corazón tomaba a su nuevo amor, convencida de que viviría por siempre a su lado, entrego toda su vida y todo su cariño. El tiempo era el forjador de la verdad. Y así como el tiempo se encarga de todo en esta vida, un remolino de maravillas, una tormenta de intensidad, una lluvia de alegrías, pues todo llega en su momento y así como llega la desilusión también llega el dolor y la pena, dos personajes que el corazón no pudo evitar cerrarles la puerta.

Y es ahí que su defensor y protector avisto una penumbra, cierto desahogo y tristeza, por lo que decidió acogerla y cubrirla con un manto frio lleno de realidades, envolviéndola con la rabia y el odio por el desprecio, con el silencio y la indiferencia por la desilusión. La mente tenía todo preparado para protegerla y saber curar sus heridas, tomando sus penas, lágrimas, llantos y volverla de la profundidad a lo real, enseñándole el consuelo de la resignación, de estabilizar su amor con pequeñas dosis de maldad y rechazo, de contrarrestar el cariño con una pisca de amargura. Y es que la “Mente” sabe que el amor  solo está pululando por aires y llanuras de un terreno incierto. Acallará y borrará de a pocos el sentimiento que abriga el corazón, hasta volverla dura e impenetrable, pero el tiempo es sabio y lo que decida la mente el tiempo lo corrige, - pues-, ¿quién manda en un corazón? sí Dios determinó el “Libre albedrio”, entonces sí el Divino no puede mandar en el amor, menos lo podrá hacer la “Mente”. Y el “Corazón” tarde o temprano volverá a entregar su amor a quien llene sus arcas de cariño, amor y alegría.

La mente solo se retraerá, se alejará volverá a su lugar muy atento y vigilante porque sabe que quien nunca se equivoca es porque tiene la mente vacía y el corazón muerto, quien nunca ha vivido nunca conoció el amor y sabe que un amor en silencio es eterno.

Entonces podemos asegurar que el amor se entrega acaso con la “Mente” o con el “Corazón”?.

Autor: Alberto “Beto” Lamilla.

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jueves, 20 de junio de 2019

Realidades y fantasías


Punto de vista - View Point
Capítulo 5 - Publicación 1
Realidades y fantasías

La vida construye caminos complejos, nos hace ver la mística realidad de la lucha y del sacrificio, pero el tiempo resulta más frio y te muestra la verdadera fantasía en la que vives. Muchos años atrás podíamos establecer cuál era nuestro destino, como sería aquella madures y como se vería transformada junto a nuestro entorno. Al mismo estilo de un relato de un cuento con un final feliz, pero la fantasía en el tiempo va nublando nuestro ambiente, va oscureciendo la inocencia, cegándola por competo sin la posibilidad a la reacción mental. Entiendo que las cosas con el tiempo envejecen pero yo creía que solo las cosas, la naturaleza y la humanidad solo tenían esa decadencia, esa degeneración, pero los pensamientos, las ideologías, las creencias, la sabiduría, la inteligencia, se están cayendo a pedazos, lo leal, ya no es más fuerte y lo banal resulta teniendo mayor porte al caminar.

Dudaba que la vida cambiara tanto, me imagine mejores cosas al terminar de subir el monte y ver un paisaje distinto al otro lado, pues antes de bajar la colina deseo mirar por última vez mi recorrido, mi pasado, mi tiempo y solo pienso, ¿Por qué? Es acaso la recompensa que merecemos? No es acaso que todos crecimos en familia, vernos sentados en una mesa para celebrar, reír, bailar, cantar y hasta a veces llorar, pero todos unidos.

El sentimiento del hoy cambio, el cielo de hoy es más oscuro también, pero el dolor más hondo es el que dejamos para quienes nos sucederán para quienes son nuestra herencia, le estamos  dejando una vida maltrecha, sin sentido llena de arrogancia, sin protección y sin la ayuda necesaria para que en el momento más triste sepan tener un abrigo y consuelo.

Aún mantengo la Fe en mí y eso no tendrá fin, porque si algo puedes perder en la vida es hasta la misma vida, pero nunca la Fe, mi respiración en algún momento se detendrá, mis ojos ya no podrán ver las cosas de este mundo y mi alma seguirá siendo la misma para regalo y consuelo de mi luz eterna y la paz que necesito para armonizar.
Realidad y fantasía, nada más cierto que mirar más allá del horizonte, como cuando nos miramos al espejo y vemos la juventud y con el tiempo va cambiando nuestro cuerpo reflejándose como una fantasía.

«A veces, la realidad me sorprende tanto, que la fantasía e imaginación parecen una miseria a su lado».

(Gleb Gusev)  
  
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